Dia viernes 4 de abril :
Mary Is Happy, Mary Is Happy (Competencia Internacional) del tailandes Nawapol Thamrongrattanarit.
El film de 125 min, mas incoherente y coherente mas fresco y
divertido que es una queja y un jalon de orejas al consumismo en la actualidad.
Basada en la recopilación de 200 tweets de @marylony el director realiza un
filme que transpasa las posibilidades físicas de los aparatos tecnológicos que
nos han ido robotizando y ausentando de nuestro verdadero yo interior, sonidos
de teclados, música rbd decorado vintage que esta de moda, y una fuerte critica
al sistema educativo tailandes. Mary es una adolecente podría decirse de
tendencia bipolar que atrapada en su mundo de colores rosados teneeger, camino
sin destino con su inseparable amiga, llenas de sentimientos pueriles, artificial
a la vez, con montaje música collage, hasta en un tono comico, es agradabe
logrando buenos momentos cinematográficos, con planos arriegados, montaje
ilarante, y esa cámara en movimientos logran comunicanor sensaciones tiernas
intimas muy femeninas.
Carlitos (Competencia Internacional)
de José Antonio Guayasamín ,de Ecuador.
Carlitos es el personaje real que conmueve por su vida dia a dia,en las
navidades, un chico de mediana juventud que sufre de un retardo, que conmueve
el amor de su madre por acompañarlo a sus terapias clases de aprendizaje para
articular sus palabras con la ayuda de su profesora particular, junto a su
hermano Ñaño, de su trabajo en una fabrica de salchichas, los viajes de bus en
bus, sus travesuras con el abuelo, la construcción de un Belen Navideño. Pero
el error es que el director no sabe cuando parar de grabar, problema central de
este fallido documental lo mas bajo de la competencia internacional que cae en
la falsa piedad de un caso dramático televisivo.
The
Reunion, de Anna Odell (Suecia, 2013, Sección
Panorama), por Emiliano Román.
La controvertida artista sueca, Anna Odell,
lleva a la pantalla grande esta historia, autobiográfica, pero que
supuestamente habrá sido necesaria para elaborar un capítulo traumático de su
vida, más precisamente su paso por la escuela secundaria. Un grupo de egresados
de un curso se reúnen veinte años después, a la cita llega Anna, quien comienza
a denunciar, en pleno festejo, los abusos cometidas hacia ella en la época
adolescente, víctima de bullying de sus compañeros. Anna ya no es más objeto de
uso, es sujeto de palabras, y desenmascara a casi todos durante ese evento.
La primera mitad del filme, posee un ritmo
arrollador, con un pulso narrativo que nos conduce sin escalas al infarto, cada
vez que Anna toma la palabra tira una bomba, generando incomodidad no solo en
el resto del grupo, sino en el espectador mismo. Una vuelta de tuerca, cambia
rotundamente el relato, la ficción pasa a dar documental, que si bien es muy
logrado, nos desciende abruptamente de la intensidad inicial. Dos registros distintos, una misma denuncia,
pero parecen ser dos películas en una, seguramente muchos espectadores quedaran
deseosos, de más primera parte, a pesar que la tensión era irrefrenable. De todos modos, la segunda mitad, desarrolla
la verdad del asunto, y es la manera más saludable para la realizadora de
denunciar el acoso del que fue víctima, más allá del escándalo de la Anna
ficcional.
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