jueves, 19 de diciembre de 2013

1º Parte. Gore à la Carte: Reseña Dvd; Al`intèrieur (Inside , 2007), de Alexandre Bustillo y Julien Maury.

Por: Diego Mezarina Gonzàlez. 

A propósito del estreno de la cinta nacional “El Vientre”, anunciado para febrero del próximo año; me permito reseñar este muy interesante título francés, ópera prima de los directores Alexandre Bustillo y Julien Maury. Más allá de tener solo la referencia de un teaser, respecto a la cinta de Daniel Rodríguez, lo que llamó mi atención en particular es aquel nexo transgresor que la vincula con “A l´intérieur:



Una joven gestante, al límite de su vulnerabilidad.

El inicio de la trama es de por si desgarrador, con un toque implacable de sadismo para con el espectador. La voz en off de una madre optimista, un indefenso bebé pernoctando en su interior. De repente, lo impensable... un trágico accidente en coche. El golpe seco en contra del vientre materno. La aparente muerte del nonato supone entonces el inicio de un relato completamente diferente.

De un momento a otro, la protagonista: Sara (Alysson Paradis), es ahora una viuda que observa impotente el cadáver de su pareja. El bebé sin embargo, sobrevive al accidente, tornándose en consecuencia ya no en una bendición para Sara, sino muy por el contrario, en una pesada carga que esta se resigna a sobrellevar. 

Cuatro meses pasan, es víspera de navidad. El entorno, sin embargo, conserva un matiz azulado, frío y distante.  Sara permanece en casa, en un intento por alejarse de todos. Los recuerdos referidos a su pareja, aquellas íntimas vivencias del pasado, son ahora el único (aunque ineficaz) bálsamo con el cual cuenta la protagonista, en vías de sobrellevar un nocivo estado de depresión.

Tal condición degenera ante el aflore de una fugaz, aunque inquietante pesadilla de corte abortivo. Tal vez un nefasto vaticinio, dirigido hacia los hechos que están por acontecer. Es entonces que irrumpe en escena una misteriosa Dama (Béatrice Dalle), de verbo engañoso y oscuras intenciones. La atmósfera, sutilmente cálida, deja notar un matiz verduzco. Cual infeccioso agente contaminante.

                                   

La tensa calma se torna luego en amenaza y esta, en violencia desalmada. Aquella silueta adquiere finalmente una identidad: La de una desequilibrada mujer que busca extraer prematuramente al infante de la vulnerable Sara.Los motivos de tal deseo son aún desconocidos (¿una torcida obsesión maternal? ¿O tal vez el desquiciado capricho de una psicópata?).No obstante, más allá de aquella insana pretensión, lo que impacta de lleno es la crudeza y brutalidad de las acciones antagónicas.



Cual escalada trepidante hacia la conciencia misma del espectador, las dosis de violencia a seguir en el film parecen no alcanzar nunca una cima determinada. En consecuencia, todo está permitido, nadie en el relato está a salvo de ser la víctima “colateral” de La Dama de Negro. Una insaciable y sanguinaria parca, dispuesta a cumplir su cometido a cualquier precio.  Motivada por un instinto de supervivencia, Sara se ve obligada a reaccionar y contraatacar en el que antes fuera su “hogar”. Ruidos intensos y chocantes añadidos en la post (similares a los de una ametralladora) configuran a partir de ent0nces un entorno bélico, sádico e inmisericorde. Un “campo de batalla”, por decirlo menos.

Víctimas van y vienen. Los infaltables caracteres secundarios justifican de este modo su presencia, en un relato centrado esencialmente en aquella disputa entre Sara y la Dama.La confrontación final asoma entonces hacia el espectador. Las cuotas de violencia vistas ya a esta altura del film, suponen una conclusión con poco de original y peor aún, saturada de litros inacabables de hemoglobina. He ahí la virtud principal de A l'intérieur, el poder trascender de entre tantas otras producciones de corte gore, en base a la optimización y perfeccionamiento de sus características esenciales. Una revaloración de lo violento.

Como prueba de ello, tenemos aquel oportuno break entre las protagonistas (heroína y villana), mediante lo que se supone es una escena calma y con tenues toques de erotismo lésbico (nótese el trabajo de iluminación, con fondos azules y un excelente juego de siluetas). A mi libre interpretación, dicha secuencia no es sino un regodeo enfermizo de la antagonista, quien al ver tendida e inerte a Sara, se permite un instante de cínico afecto para con ella. Sin embargo, la respuesta a dicha acción no es otra sino, una feroz mordida de Sara en el labio inferior de La Dama.  

Un segundo momento de interés, y a mi entender, el de mayor controversia, es aquel en donde una ya agotada y maltrecha Sara recurre a la última defensa: Dirigir el extremo puntiagudo de un palo de tejer en contra de su vientre. Una franca amenaza a los intereses de La Dama, quien por un instante se muestra vulnerable.Para Sara, su propia vida tiene más valor que la de su futuro hijo. Todo el afecto, todo el amor que esta alguna vez sintió, murió con su pareja.

En consecuencia, ya no es el índice de violencia lo que perturba la mirada del espectador, sino aquel dilema moral, tan arbitrariamente resuelto por la protagonista y supuesta heroína de la historia. Incluso los animales, dentro de su irracionalidad, están dispuestos a sacrificar la vida con tal de proteger a sus crías. No así Sara, quien se vale de la suya como una ruin vía de extorsión y supervivencia.

Tercer momento: “La Revelación”. La Dama pecó de soberbia y lo pagó caro. Sara le derrite buena parte del rostro mediante el uso de un improvisado lanzallamas (spray inflamable). Es entonces que La Dama, resignada a su suerte, da a conocer la pieza faltante de la historia. Una trágica verdad que justifica (en parte) su odio irracional en contra de Sara.


Aquel accidente en la introducción del relato tuvo una víctima adicional... el hijo nonato de La Dama; coincidentemente gestante al igual que Sara. Quien fuera en todo momento la agredida y angustiada heroína, es ahora la homicida involuntaria de un indefenso bebé. La villana, en consecuencia, es también una víctima en la trama. Una alterada e inconsolable mujer que busca recuperar su maternidad, apropiándose de una ajena.

Cuarto momento. Tras la revelación, reaparece en escena (de manera tardía) uno de los agentes policíacos. El único que sobrevivió al ataque de La Dama. (Derecha: Los directores del film).No obstante, poco resta de humano en aquel ser. Si acaso, es apenas un autómata medio ciego y armado con una macana.

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